Proyecto Agroforestal de Especies Nativas Guanacastecas - Semillas y Madera
En noviembre de 2017 asistí al 1er Simposio de Especies Forestales Nativas en Costa Rica, que se llevó a cabo en la Estación Experimental Horizontes, dentro del Área de Conservación Guanacaste, una división de parques nacionales dedicada a investigar prácticas forestales. A pesar del éxito de la reforestación en todo el país desde los años 80, revirtiendo la deforestación y aumentando la cobertura forestal, la industria maderera del país no pudo mantenerse al ritmo de la demanda. Actualmente, la madera de construcción en su mayoría se importa de pino de Chile, y las dos especies maderables dominantes que se producen comercialmente son los "exóticos" teca y gmelina. Los silvicultores académicos de Costa Rica plantearon la pregunta: "¿cómo podría el país producir madera comercial a partir de especies nativas forestales?" La conclusión del 1er Simposio fue que el país debería centrarse en 10-12 especies, 5-6 especies que se destacarían en regiones más secas y el mismo número para regiones más húmedas. Se formó la Comisión Nacional para el Cultivo de Especies Nativas para centrarse en esta tarea y proporcionar recomendaciones.
Se publicaron varios informes y en noviembre de 2019 se celebró el 2º Simposio de Especies Forestales Nativas en el mismo lugar que dos años antes. Aunque no se había logrado un consenso unánime sobre qué docena de especies deberían promoverse a nivel nacional, hubo un acuerdo general sobre qué especies deberían tener prioridad. También existía una preocupación compartida de que los agricultores:
En 2020 comenzamos a trabajar con Rolando Núñez, un ingeniero forestal que también había asistido al 2º Simposio de Especies Forestales Nativas, y entablamos discusiones con viveros forestales para determinar con qué especies comenzaríamos a trabajar. Cuando la pandemia de COVID golpeó, decidimos establecer nuestro propio vivero, obteniendo semillas de Árboles Plus en los bosques que rodean Rancho Colibrí. Las semillas que recolectamos, iniciadas en nuestro vivero y luego trasplantadas a una parcela de 2 hectáreas (5 acres) de pasto, fueron: Cedro (Cedrela odorata), Guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), Cenizaro (Samanea saman) y Laurel (Cordia alliodora). Luego obtuvimos clones de Caoba (Swietenia macrophylla), que se plantaron en configuraciones mixtas con nuestras propias plántulas.
En 2021, plantamos otra hectárea (2.5 acres) en áreas de pastizales cercanas al área del vivero, y comenzamos a realizar raleos en nuestra área de 20 hectáreas (50 acres) compuesta principalmente por bosque secundario, seleccionando los siguientes árboles: Encino (Quercus oleoides), Níspero (Manilkara zapota), Ron Ron (Astronium graveolens), Madero (Gliricidia sepium) y Cortez amarillo/negro (Tabebuia ochracea/impetiginosa). Nuestro objetivo es producir 10,000 árboles comercialmente viables.
Aunque autofinanciamos este proyecto, existen créditos de carbono en forma de PSA (Pagos por Servicios Ambientales) disponibles a nivel nacional a través de FONAFIFO. En términos generales, un PSA puede subsidiar los primeros cinco años de producción forestal y, en teoría, a partir del sexto año un agricultor podría comenzar a generar flujo de efectivo a través del raleo del bosque. Algunos árboles estarían listos para la cosecha después de 16 años de crecimiento, y después de 20 años la mayoría de los árboles deberían estar listos para la cosecha (aunque algunos árboles podrían tardar 25 años en alcanzar los resultados deseados).