Apostolados | ArteConsulta Espiritual | Familia| Librería | Santoral | Música
INFO

Iglesia y sectas
Info Arriba Guía Litúrgica Vida de perfección El Papa Manual de Oraciones Doctrina Familia La Iglesia

 

Envíe esta dirección
Ingresar E-mail:



Haga de Church Forum su página de inicio

e-mail

 

IGLESIA Y SECTAS

 ¿Pesadilla o Reto?

 Por el P. Flaviano Amatulli Valente

 

PERSPECTIVAS DIFERENTES

 En un congreso sobre el asunto de las sectas, tuve una ponencia titulada «Las Sectas: una presencia inquietante». Al terminar, un obispo que estaba presente tomó la palabra y presentó su punto de vista muy diferente del mío. Según él, mi manera de ver el asunto era esencialmente alarmista, puesto que para su fe las sectas no representaban ningún peligro serio que la pudiera amenazar o mínimamente perturbar. Las reacciones de los participantes no se hicieron esperar y fueron muy enérgicas, rechazando totalmente la posición del obispo. Por fin alguien subió al estrado y tomó la palabra. «Sr. Obispo, -dijo- es evidente que el problema de las sectas no representa un verdadero peligro para su fe. Es teólogo y obispo; además, vive en el quinto piso. ¿Cuándo algún testigo de Jehová, mormón, adventista o pentecostal llegará a hablar con Usted? Y si lo logra, ¿cuándo podrá convencerlo? Es teólogo, conoce bien los contenidos de la fe. Así que realmente para Usted las sectas no representan ningún peligro. Pero ¿qué pasa con el católico de la calle, todo el día expuesto a los asaltos de las más variadas sectas, sin conocimientos bíblicos y con una vivencia de la fe extremadamente raquítica? ¿Cómo para él las sectas no van a representar un serio peligro para su fe?» Como se ve, se puede ver el asunto de las sectas desde dos puntos de vista muy diferentes: desde arriba y desde abajo, desde el quinto piso y desde la calle.

 

DESDE EL QUINTO PISO

1.- Búsqueda

Para los que ven el asunto de las sectas desde el quinto piso, el problema es muy sencillo. Según ellos, estamos en un tiempo de crisis. Cada uno busca la manera de dar sentido a su vida. Si uno no se siente a gusto en la Iglesia Católica, tiene todo el derecho a buscar por otro lado (libertad de conciencia y libertad religiosa). Así que no hay que preocuparse por el asunto de las sectas. Y para aclarar esto, a veces presentan el ejemplo del restaurante, que, al ponérsele enfrente otro mejor, empieza a decaer.

Respuesta Por lo general, no son los católicos los que acuden a las sectas buscando algo que dé sentido a su vida. Más bien son las sectas las que con todos los medios posibles tratan de convencer a los católicos a dejar la Iglesia para pasarse a sus grupos. Y por lo que se refiere al ejemplo del restaurante, no hay que olvidar que existe una competencia honesta y otra deshonesta. Y los de las sectas, por lo que se ve, no dudan en utilizar cualquier medio con el fin de asustar y confundir al católico, orillándolo a dejar su Iglesia para pasarse con ellos: próximo fin del mundo, el Papa es la bestia del Apocalipsis, los católicos adoran las imágenes, etc.; ayuda económica, promesa de cargos en la organización, etc. Además, aquí no se trata de reconocer el derecho que tiene cada hombre a buscar y seguir la verdad según su manera de ver las cosas, sino de ver cómo ayudar a los «débiles en la fe» a resistir frente al embate de las sectas.

 

2.- Visión científica

Al tratar el problema de las sectas, los que siguen esta línea, se abocan a la tarea de clarificar los conceptos sociológicos de iglesia y secta, haciendo hincapié en el hecho de que la que hoy es secta, mañana puede volverse en Iglesia, como pasó con la misma Iglesia Católica, que al principio fue considerada como una secta del judaísmo y después lo rebasó en gran medida. Según los seguidores de esta corriente, las únicas sectas que ciertamente merecen cierta consideración y cuidado, son las de tipo destructivo, mientras las demás no tienen que preocupar en lo más mínimo, puesto que representan un fenómeno normal al interior de las grandes religiones.

 

Respuesta ¿En qué puede ayudar todo esto al católico de la calle, continuamente acosado por un sinfín de sectas, que tratan de confundirlo y conquistarlo para su causa? En nada. Además, se trata de una perspectiva reductiva y desviante, que paraliza al católico y lo deja indefenso frente al ataque de las sectas. De todos modos, para nosotros el problema de las sectas no es un asunto de nombre; es decir, no consiste en saber si está bien llamarlas sectas o es más correcto llamarlas iglesias. El problema es darnos cuenta si respetan o atacan al católico, y en este último caso ver qué podemos hacer para ayudarlo a no dejarse confundir por sus ataques o propuestas. Lo del nombre es lo de menos.

 

3.- Ecumenismo ingenuo

Se quiere aplicar a las sectas la receta ecuménica, que evidentemente no funciona. En realidad, las sectas son esencialmente intolerantes y proselitistas, no aceptan el diálogo. Lo que hacen es atacar al católico, con la finalidad de desalentarlo y llevárselo a sus grupos. Otro problema: para muchos que trabajan en la línea ecuménica, por el simple hecho de que algún grupo participa en los encuentros ecuménicos, ya tiene igual derecho de ciudadanía en la única Iglesia de Cristo y por lo tanto da lo mismo permanecer en la Iglesia Católica o pasarse a tal o cual grupo ecuménico; lo que evidentemente no corresponde al concepto católico de ecumenismo, que mira esencialmente a restablecer la unidad entre los discípulos de Cristo y no a propiciar mayores divisiones.

 

4.- Diálogo interreligioso

Los que insisten en este aspecto, llegan a pensar que en el fondo todas las expresiones religiosas son «caminos de salvación» igualmente válidos, incluyendo la religiosidad popular, las costumbres religiosas de los pueblos y de una manera especial las grandes religiones de Oriente. Estando así las cosas, en todo este asunto, lo que más importa es llevarse bien con todos, dialogar, buscar lo mejor de cada grupo, más que empeñarse en proteger a los católicos de los peligros que le puedan llegar de parte de otras expresiones religiosas.

 

Respuesta Claro que todos son caminos de salvación, pero en grados diferentes. Por lo tanto, no es lo mismo ser católico consciente y practicante que católico de fiestas y nada más, o musulmán, budista o nuevaeriano. Estando así las cosas, es obligación del pastor cuidar de las ovejas para que no se desvíen frente a la fascinación de otras expresiones religiosas y lleguen a dejar su Iglesia.

 

5.- Primacía del Reino de Dios

Se trata de otro pretexto para diluir siempre más el valor de la pertenencia a la Iglesia Católica en pro de los llamados «valores del Reino», como son la justicia, la paz, la solidaridad, el respeto por la vida, la ecología, etc. En esta perspectiva, la Iglesia adquiere el significado de una simple mediación en función del Reino, mediación de la cual se puede fácilmente prescindir cuando pone en riesgo los intereses del Reino, así como uno los concibe.

 

Respuesta La Iglesia no es una simple mediación para el establecimiento del Reino de Dios; tiene un valor propio como Cuerpo Místico de Cristo y representa el lugar donde más se definen, se gestan y se impulsan los mismos valores del Reino. Sin la acción de la Iglesia, se corre el riesgo de confundir valores con antivalores, como en el caso del aborto, el divorcio, el matrimonio entre personas del mismo sexo, etc.

 

Conclusión

Visto el problema de las sectas desde el quinto piso, no hay porqué angustiarse. Cada quién está libre de buscar por aquí y por allá a ver qué lo llena más, qué da más sentido a su vida, incursionando en otros grupos de cristianos o no cristianos, creyentes o no creyentes. Ya no se habla de herejía o apostasía. Todo es bonito, todo puede ayudar a la propia realización, excepto las sectas destructivas. Con relación a éstas hay que tener mucho cuidado. Con relación a los demás grupos, no hay porqué preocuparse. Ahora bien, que piensen así gente sin ninguna formación, no hay que extrañarse; que se trate de pastores de almas o teólogos, es realmente escandaloso. Así se vanifica el papel de Cristo y su Iglesia. ¿Es admisible esto en católicos de verdad? Por eso en la Iglesia Católica se ha diluido tanto el empuje misionero. «Si todos los caminos son igualmente válidos en orden a la salvación, ¿para qué hacer tanto esfuerzo por predicar el Evangelio fuera de los confines de la Iglesia, inquietando tantas conciencias, si en fin de cuentas todo lleva a lo mismo?» Me pregunto: «Esta manera de pensar ¿en qué puede ayudar al católico de la calle, acosado por las sectas y deseoso de permanecer fiel al Dios de sus padres?» Creo que haya llegado el momento de denunciar esta actitud negativa de parte de muchos pastores de almas y teólogos católicos, que en nombre de un malentendido ecumenismo y del dialogo interreligioso, están sembrando la confusión y la desesperanza en el pueblo católico, propiciando su derrumbe frente al acoso de las sectas. Evidentemente, no todos los que miran el problema desde el quinto piso utilizan los mismos argumentos. Cada quien tiene sus argumentos preferidos. Pero la conclusión es siempre la misma: «las sectas no son un problema; no se preocupen; si consideran conveniente cambiar de religión, háganlo con toda tranquilidad. En el fondo todo es lo mismo». Y el mandato de Cristo de ir a predicar el Evangelio a toda criatura, ¿qué sentido tiene, si en el fondo es lo mismo Cristo, Mahoma o Buda? Como se ve, esta mentalidad, que quiere aparentar ser abierta y comprensiva, en el fondo esconde un gran sentido de irresponsabilidad y flojera frente a las angustias del pueblo católico, que pide ayuda a gritos ante la avalancha de las sectas en actitud de conquista. Ojalá que los de arriba bajen un poco de su pedestal y se acerquen al pueblo, que sufre a causa de su desinterés en un asunto que para muchos es cuestión de vida o muerte. DESDE LA CALLE Es otra visión muy diferente del problema de las sectas.

 

Inseguridad y complejo de inferioridad

El católico de la calle se siente temeroso frente a los miembros de las sectas, que tratan de confundirlo para llevárselo a sus grupos. Le hablan mal de la Iglesia Católica, del Papa, los sacerdotes y la misma Virgen María, la madre de Jesús. Lo acusan de ser idólatra por el asunto de las imágenes y pagano, afirmando que su bautismo no vale. Y todo esto, con el apoyo de la Biblia. Lo asustan con el cuento del fin del mundo, en que todos los católicos serán destruidos, mientras sólo ellos se van a salvar. Aseguran que por todo lo anterior, ningún católico se puede salvar. Si alguien se quiere salvar, no le queda otra alternativa que abandonar la Iglesia Católica, la ramera, Babilonia la Grande, para pasarse con ellos. Y esto todos los días en la casa, en el trabajo, en la calle... Tanto más cuando un familiar ya dejó la Iglesia y pertenece a un grupo proselitista. La vida se vuelve en un infierno: no hay paz ni en la intimidad del hogar. Y el católico se defiende como puede, humillado y asustado. A veces se vuelve violento, por su misma inseguridad. Muchas veces opta por cambiar de religión para que el matrimonio no fracase y haya paz en el hogar.

 

Abandono

Frente a esta realidad, el católico se siente abandonado por su Iglesia. Si acude a la parroquia en busca de asesoría y apoyo, nadie le hace caso. Nadie sabe nada sobre los ataques de las sectas. Todos le hablan de no hacerles caso, cerrarles la puerta y seguir firme en la fe. Pero ¿cómo no hacerle caso y cerrarle la puerta, si se trata de la mamá, el papá, el hermano o el hijo, que insisten en un cambio de religión?

 

Desconocimiento del problema

Es que sobre el asunto de las sectas existe un desconocimiento generalizado en la Iglesia Católica. Los mismos agentes de pastoral, expertos en otras áreas, sobre el asunto de las sectas están en ayunas. Es que la mentalidad del quinto piso ha entrado en los seminarios, los institutos de vida consagrada y los centros catequísticos. En ninguna parte se enfrenta el problema de las sectas, como es vivido por el católico de la calle. Así que, al momento de la prueba, todos huyen al no sentirse competentes acerca de los temas, que presentan las sectas y al no contar con una respuesta específica al respecto. Bajo una pantalla de seguridad, apertura y progresismo, se esconde un mundo de ignorancia, desinterés y cobardía.

 

UNA OPORTUNIDAD DESAPROVECHADA

 

A) A nivel de masa

Resistencia a la Evangelización ¿Cuál era la situación del pueblo católico en el pasado? Una masa tradicionalmente católica, con grandes valores, pero al mismo tiempo sin un conocimiento explícito de muchas verdades y sin responsabilidad personal en los asuntos de la comunidad eclesial, que dependía esencialmente del clero. Se trataba de un sistema aceptado por todos, que logró mantener unida la comunidad católica durante mucho tiempo, superando con éxito innumerables dificultades y enfrentando hasta persecuciones cruentas. En esta situación, era difícil para el clero realizar una verdadera evangelización, puesto que el pueblo estaba bien consciente de los distintos roles, que le correspondían al clero, la vida consagrada y el pueblo en general. Cuando alguien trataba de enseñar la Biblia al pueblo y hablar de un cambio de vida conforme al Evangelio, se le presentaban serios problemas. A mí, por ejemplo, trabajando en Oaxaca hace unos treinta años, se me acusó de ser al autor de la Biblia y enseñarla a la gente, queriendo con eso cambiar las costumbres del pueblo. Algo gravísimo que trastornaba el orden constituido. Antes, evangelizar representaba un intento de revolución al interior de la comunidad católica y civil, al presentar una nueva manera de vivir a nivel personal, familiar y social. Por eso había mucha resistencia en contra de la evangelización, entendida como un cambio de vida en el seguimiento de Cristo y su Evangelio. El católico se sentía seguro en su mundo religioso y no quería cambios, con o sin Biblia.

 

En busca de ayuda

Sin embargo, poco a poco, la situación fue cambiando. Con la presencia de las sectas, la movilidad demográfica y el influjo de la escuela y los medios de comunicación masiva, la masa católica ya no se siente segura. Necesita conocer muchas cosas para transformar la fe recibida de los padres en algo personal, que unifique y dé sentido a su vida. Hoy el pueblo católico en general necesita ayuda de parte del clero. ¿Y qué pasa? Que no recibe la ayuda que solicita. El clero, más que estar atento para detectar sus necesidades reales y ayudarlo a fortalecer su fe, lo acusa de ser fanático y cerrado, y lucha para «abrirlo» hacia otras creencias religiosas, dejándolo indefenso frente a ellas. Hubiera podido aprovechar esta oportunidad para ahondar en la evangelización. Pero no fue así. Prefirió seguir con la rutina cultual o el interés por el cambio social, en lugar de profundizar los valores religiosos. De ahí vino el derrumbe del catolicismo en regiones enteras, mientras, donde se aprovechó la coyuntura histórica, están surgiendo buenas comunidades cristianas, fogueadas en la lucha diaria por conocer y vivir mejor su fe.

 

B) A nivel de élite

Antes, aparte de los miembros del clero y la vida consagrada, en la Iglesia no se admitía otro tipo de liderazgo. La misma Acción Católica surgió como apoyo a la misión del clero, sin autonomía propia. Pues bien, el surgimiento de las sectas en el siglo pasado con su rápida expansión en este siglo, en oposición a las iglesias históricas, manifiesta el deseo de los laicos de tomar un papel protagónico también en el campo religioso, sin estar siempre supeditados a un grupo de líderes restringido, alejado y sin contar con el apoyo de las bases. Ahora bien, por lo general en la Iglesia Católica el clero, en lugar de propiciar y apoyar el surgimiento de un liderazgo laical, sustentado en el apoyo de bases populares, se opuso, tratando de quedar como el único protagonista en el quehacer religioso, aun a costa de dejar masas enormes de católicos abandonadas y sin atención pastoral. El mismo apoyo que ahora, juntamente con la vida consagrada, está dando a las Comunidades Eclesiales de Base responde a este propósito de contar con elementos dóciles a sus orientaciones y cuidados, metidos en una estructura que impida el surgimiento de un verdadero liderazgo laical. Donde al contrario se confió realmente en la ación vivificadora del Espíritu y se apoyó a los Movimientos Eclesiales, verdadero caldo de cultivo para el surgimiento y desarrollo de los carismas, se ha constatado un verdadero florecimiento del liderazgo laical, con consecuencias impredecibles para la vida eclesial, un verdadero antídoto al desarrollo de las sectas.

 

LAS SECTAS: ¿PESADILLA O RETO?

Todo depende de cómo nos situemos frente al quehacer histórico: en actitud pasiva o activa, como víctimas o como actores, para padecer la historia o construirla. Por lo tanto, si para evitar problemas, nos limitamos a mirar las cosas desde lejos, a ver qué pasa, y buscamos pretextos para justificar nuestra actitud, conformándonos con lo que ya estamos haciendo, entonces la presencia de las sectas puede volverse en una pesadilla, una vez que despertemos a la realidad y nos demos cuenta de que llegaron a meterse hasta la cocina. Si al contrario, bajamos del quinto piso y empezamos a ver el problema desde la calle y desde allá tratamos de reestructurar nuestra pastoral, entonces la presencia «inquietante» de las sectas se puede volver en un reto.

 

No al determinismo histórico Yo por mi parte rechazo toda visión determinista de la historia. Me rehuso a pensar en la derrota sin haber dado la primera batalla, basándome solamente en hipótesis supuestamente científicas. Existe una enorme diferencia entre las conjeturas del sociólogo y los postulados de la fe. Según mi opinión, si el catolicismo en los últimos decenios ha registrado grandes reveses, una de las razones más importantes ha sido el haber abandonado muchos pastores de almas y teólogos su papel específico para tomar el papel del sociólogo, que analiza los fenómenos como simple observador y no como actor, haciendo más caso a las hipótesis científicas que a los imperativos de la fe. Se empieza por aceptar el método científico como medio para conocer mejor la realidad y se acaba con pensar y actuar como sociólogo o filósofo, olvidando el propio papel de teólogo y pastor de almas. En realidad, conociendo ciertas opiniones acerca del futuro de la Iglesia, uno queda decepcionado al notar el predominio de la visión «científica» sobre la visión «teológica» de la historia en su acontecer diario y su posible desenlace.

 

¿Derrumbe del catolicismo?

En este contexto, no hay que extrañarse si hasta altos jerarcas de la Iglesia pronostiquen un próximo derrumbe del catolicismo a nivel de masa, limitando su presencia a pequeños grupos bien conscientizados, al estilo de las demás confesiones religiosas. Y todo esto como resultado de la acción de fuerzas inexorables que ya están actuando en tal sentido, dentro y fuera de la misma Iglesia. Evidentemente, vistas las cosas desde esta perspectiva, lo más sensato sería no oponerse al curso inexorable de la historia ni sentirse culpables por su lógico desarrollo, sino esperar los acontecimientos con paciencia y resignación, sin tratar de incidir en ellos para cambiarlos.

 

Enfrentar el problema sectario

¡Qué diferente la actitud de San Francisco de Asís, Santo Domingo de Guzmán y San Ignacio de Loyola! En los momentos más cruciales de la historia de la Iglesia, no se resignaron frente a los acontecimientos y los pronósticos desfavorables, sino que supieron dar la batalla y las cosas cambiaron. Enfrentaron la historia con sentido cristiano y triunfaron. Hicieron historia. No se dejaron dominar por la historia. Y es precisamente lo que pretendemos hacer nosotros, al querer enfrentar directamente el fenómeno sectario y otros fenómenos que parecen contrarios a la vivencia de nuestra fe. Sin menospreciar los aportes positivos que pueden derivar de la ciencia, buscamos en la fe la respuesta a los grandes desafíos, que se presentan a nuestro ser y quehacer como cristianos, su clave de interpretación y los criterios de acción para enfrentarlos. Es que los análisis supuestamente científicos con sus relativos pronósticos, nos han decepcionado ya muchas veces y ya no les tenemos mucha confianza. Nos hablaron de la muerte de Dios y la decadencia del fenómeno religioso, basados en análisis supuestamente científicos, y basta abrir los ojos para ver como Dios está más vivo que nunca y el factor religioso acapara cada día más la atención de los mismos científicos, que antes parecían mantenerse alejados de este tipo de problemática, como para no contaminarse al contacto con un fenómeno basado esencialmente en la ignorancia, el fanatismo y la superstición.

 

La ciencia y el Evangelio

Hoy el grande problema que tenemos nosotros católicos es que mucha gente de Iglesia supuestamente culta, especialmente sacerdotes y religiosas, se fueron con la finta. Fueron enviados a estudiar en las universidades para que pudieran apoyar mejor la evangelización. ¿Y qué pasó? Que empezaron a tomar la ciencia como maestra de vida y no el Evangelio. Y se desviaron. Ya no creen en el mandato de Cristo: «Vayan y prediquen y el Evangelio» (Mc 16,15), «Yo estaré con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo» (Mt 28,20). Hacen más caso a la voz del hombre que a la voz del Espíritu; creen más en los valores de aquí que en los valores de arriba; luchan más por un cambio social que por la conversión del corazón. Y allí están las consecuencias. Ni modo. No se puede cosechar donde no se sembró. Por eso otros tomaron la delantera y nosotros nos quedamos mirando, experimentando una derrota anunciada, que sin duda se hubiera podido, si no evitar por completo, por lo menos atenuar considerablemente.

 

¿QUÉ HACER? Nueva Evangelización

De todos modos, nunca es demasiado tarde. Aún queda en pie el reto de Juan Pablo II, al empujarnos hacia la Nueva Evangelización, con espíritu de creatividad, nuevo fervor y optimismo. Se trata de llevar a cabo los ideales del Vaticano II e ir más allá, buscando un verdadero equilibrio entre culto, pastoreo y profetismo. La adaptación del sistema eclesial a los tiempos en que vivimos, está aún en los comienzos. Tenemos que convencernos de que el sistema clerical ya dio todo lo que pudo y ya no resiste más. Por lo tanto, en el escenario eclesial, se hace cada día más necesaria y urgente la presencia del laicado, con su voz fresca, su estilo inmediato y su percepción más sensible a las distintas realidades en que vivimos. Se necesita más equilibrio entre el clero y el laicado, con más canales de participación y más incentivos para la creatividad. Hoy más que nunca se hace urgente la vivencia de la doctrina del Cuerpo Místico de Cristo. El mundo nos rebasa. Si no nos hacemos intérpretes de la enorme demanda de espiritualidad y sentido que el mundo espera, otros se abocarán a esta tarea y nosotros nos quedaremos rezagados y marginados. El problema del pluralismo religioso se está volviendo siempre más vivo y cuestionante para todos. O intervenimos a tiempo o quedaremos fuera de la jugada.

 

Ministerio especial

Mientras tanto, no podemos dejar solo e indefenso al pobre católico, en medio de tantos ataques que le vienen de parte de un sinfín de grupos religiosos proselitistas. Ayudémoslo a sentirse seguro en su fe, conociendo su identidad y teniendo a la mano una respuesta a los cuestionamientos que se le hacen. Para lograr esto, vemos necesario que en cada diócesis, parroquia, barrio o pueblito haya personas capacitadas para realizar esta obra de asesoría y orientación oportuna. Y que, en los seminarios y centros de formación para religiosas y laicos, no falte una asignatura especial que se aboque a esta problemática, tratando de ayudar al futuro pastor de almas, teólogo o catequista a bajar del quinto piso para acercarse al católico de la calle, tan necesitado de apoyo en un momento de tanto peligro para su fe.

 

Conclusión

La sectas proselitistas existen y se mueven, causando grandes daños al pueblo católico. Las causas de su éxito son muchas y variadas. De todos modos, no podemos seguir trabajando como si no existieran. Es necesario que tomemos conciencia del sentido de su presencia y hagamos algo para aminorar su impacto negativo sobre la comunidad católica. Mientras pensamos en una reestructuración general en el campo de la pastoral, para que se corrijan ciertas desviaciones del pasado y se haga siempre más factible la vivencia de la doctrina del Cuerpo Místico de Cristo, no dejemos solo e indefenso al católico frente a la embestida de las sectas proselitistas y la nueva religiosidad. Hagamos algo que lo ayude a sentirse más seguro y contento en su fe. Es nuestra obligación mínima como maestros y pastores de almas. Por otro lado, no se trata de algo totalmente novedoso. En realidad, no todos los pastores de almas y teólogos miran las cosas desde el quinto piso. Su participación en este tipo de eventos es una prueba fehaciente de eso. Ojalá que su número aumente cada día más y el pueblo se pueda sentir realmente apoyado por sus pastores en un asunto de tanta importancia como es el asunto de la fe.

 

(Ponencia del P. Flaviano Amatulli Valente, pronunciada en el Congreso LA IGLESIA ANTE LA HISTORIA «En los umbrales del Tercer Milenio», en México, D.F., del 27 al 28 de Mayo de 2000, en el Salón de Usos Múltiples de la Universidad Intercontinental).

 

 

Anterior Info Arriba Siguiente

Info ] Arriba ] ¿Por qué soy católico? ] Doctrina Cristiana: Las Herejías ] Cómo Enjuiciamos los Católicos a Nuestra Iglesia ] Notificacion sobre los escritos del padre Anthony de Mello sj Congregación para la Doctrina de la Fe ] La filosofía del genero ] Adventistas ] Adventistas del 7º Día ] Aleluyas ] Alfa y Omega ] Instituto Arica ] Bautistas ] Calvinistas ] Castillo del Rey ] Cientistas ] Congregacionales ] ¿Crees que podría sucederte? ] Cuáqueros ] Dianética ] Dianética o IGlesia de la Cienciología ] Discípulos de Cristo ] Ejército de Salvación ] El Cisma de Lefebvre ] ¿Cuántos hijos tuvo la Virgen María? ] Iglesia Evangélica de Prusia ] Iglesia Gnóstica o Gnósticos ] Hare Krishna ] Iglesia Cristiana Apostólica de Dios Vivo ] [ Iglesia y sectas ] La Luz del Mundo ] La Luz del Mundo ] Menonitas ] Metodistas ] Los Moonies ] Los Mormones ] Los Mormones (2) ] Cien Preguntas a un Mormón ] NAZARENOS ] Porqué soy católico ] Iglesia del Señor Presidente ] Ataques de sectas ] Las Sectas 1 ] Las Sectas 2 ] Protestantismo Histórico ] Los Testigos de Jehová ] Iglesia de la Unificación ] Cristianos Evangélicos ] Anglicanos ] Episcopalianos ] Luteranos ] Presbiterianos ] Católicos y New Age ] El New Age (2) ] El New Age ] 18 preguntas de Nueva Era ] ¡Qué cosa es la Masonería! ] La Masonería ] Ananda Marga ] Bhacwan Rajneesh ] Budismo, religión a la medida ] El Budismo ] Las religiones en China ] Confucionismo ] El Islam ] Espiritismo ] Espiritualismo Trinitario Mariano ] Hare Krishna ] El Hinduismo ] La Meditación Trascendental ] Taoismo ] El Yoga ] El Yoga (2) ]


Clases | Consulta | E-Mail | Enlaces | Eventos | Foro | Info | Librería | Noticias | Opinión
Apologética | Apostolados | Arte | Familia | Iglesia | Mujer | Oración | Santoral

Church Forum es una marca registrada.  Todos los derechos reservados.