Como
responde el Papa al desafío de las sectas
No ha
existido ningún otro Pontífice que haya hablado, con tanta valentía
sobre un tema que, a raiz de lo complejo y urticante, no pocos prefieren
callar.
En razón de la imposibilidad de incluir todas las
manifestaciones, hemos seleccionado los textos y párrafos más
relevantes, razón por la que sugerimos en una segunda instancia, la
lectura de los documentos en su completud.
Especial importancia
tiene el mensaje dirigido al tercer grupo de obispos norteamericanos, en
su visita 'ad limina' el 18 de mayo de 1993, donde S.S. Juan Pablo II
hace alusión a un tema de grave consideración, como lo es el de la
penetración de ideas y conceptos de la New Age o Nueva Era "en la
predicación, la catequesis, los congresos y retiros", llegando "a
influir incluso en los católicos practicantes".
También es digno
de resaltar por la riqueza del contenido y orientaciones, el mensaje que
el Papa con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante, diera el 25 de
julio de 199O. En el mismo, el Pontífice se refiere exclusivamente al
fenómeno de las sectas y NMR, y menciona las diversas realidades por las
que atraviesan los emigrantes, realidades estas, que muchas veces
facilitan la adhesión a no pocos movimientos de características
sectarias.
El nuestro es un país donde los emigrantes están a la
orden del día: personas que emigran a nuestras tierras, provenientes de
variados países; personas que emigran del interior a las grandes
ciudades; y personas nativas de las grandes ciudades que no emigran,
pero por las características alienantes de las megalópolis, viven como
tales en sus propias ciudades.
A continuación consignamos una
recopilación de mensajes de S.S. Juan Pablo II, donde se refiere al
fenómeno de las sectas y NMR.
·
Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de Bolivia en su viaje
pastoral
L'Osservatore Romano, 21 (1988), p. 1O.
" ... Me alegra profundamente
poder comprobar personalmente la religiosidad del pueblo boliviano, que
espera y necesita nuestra guía doctrinal, para poder purificar y
consolidar en la verdad sus sinceras y hondas creencias religiosas, así
mismo necesita nuestras orientaciones para saber cómo actuar y
defenderse frente a la actividad proselitista de las sectas, que en
tiempos recientes, se están multiplicando en Bolivia; dichas sectas de
corte fundamentalista están sembrando confusión en el pueblo, y por
desgracia pueden diluir muy pronto la coherencia y la unidad del mensaje
evangélico".
·
Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos del Perú en su visita ad
limina
Vaticano, junio de 1988 - L'Osservatore Romano, 23 (1988), pp.
21 y 32.
"Veo que en los diversos países
de América Latina el problema número uno es, cada vez más, el problema
de las sectas, algunos Obispos han manifestado una opinión muy pesimista
de cara al futuro, yo no puedo permanecer indiferente ante estas
opiniones pesimistas (...).
"Esto debe constituir un motivo
más de preocupación pastoral, que nos lleva a plantear y realizar una
acción evangelizadora, para la cual se necesitan agentes de pastoral
convenientemente formados e imbuidos de gran espíritu
apostólico".
·
Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de Zaire en su visita ad
limina
L'Osservatore Romano, 48 (1988), pp. 21 y 32.
"... Habéis aludido a la
proliferación de las sectas y a su acción corrosiva. Las razones son sin
duda múltiples. El hecho constituye para la Iglesia una seria
interpelación, invitando a desarrollar la formación catequética de los
fieles y de comunidades eclesiales ricas, puesto que los que son
tentados por las sectas, buscan probablemente una respuesta simple o
sincretista a sus interrogantes y un sostenimiento caluroso, que
pertenece al orden de la caridad".
·
Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de la
Conferencia Episcopal Mexicana
Lago Guadalupe, México, 12 de mayo de
199º - L'Osservatore Romano, 34 (199O), p. 1.
"Tampoco hay que descuidar el
grave problema de los 'nuevos grupos religiosos', que siembran confusión
entre los fieles, especialmente en los ambientes medios y marginales o
pobres. Sus métodos, sus recursos económicos y la insistencia de su
labor proselitista hacen impacto, sobre todo, entre quienes emigran del
campo a la ciudad".
·
Mensaje de S.S. Juan Pablo II, en la Jornada Mundial del
Emigrante
Vaticano, 25 de julio de 199º - L'Osservatore Romano, 34
(199O), pp. 1 y 2.
"Quisiera reflexionar junto con
vosotros con ocasión de la Jornada mundial del Emigrante sobre un
problema que está resultando cada vez más preocupante: el peligro a que
están expuestos muchos emigrantes, de perder su propia fe cristiana por
causa de sectas y de nuevos movimientos religiosos que proliferan sin
cesar. Algunos de estos grupos se definen cristianos; otros se inspiran
en religiones orientales; y otros hacen referencia a ideologías, por lo
común revolucionarias, de nuestro tiempo.
"Aunque resulte difícil
descubrir una línea de contenidos comunes en todos ellos, sí es posible
trazar su tendencia general. En estos movimientos la salvación suele ser
considerada, por lo general, como algo exclusivo de un grupo
minoritario, guiado por personalidades superiores, que creen tener una
relación privilegiada con un Dios cuyos secretos pretenden conocer sólo
ellos. También la búsqueda de lo sagrado presenta contornos ambiguo.
Para algunos se trata de un valor superior, hacia el que el hombre
tiende sin poder jamás alcanzarlo; para otros, en cambio, está situado
en el mundo de la magia, y buscan atraerlo a su propia esfera para
manipularlo y reducirlo a su propio servicio.
"Las sectas y los nuevos
movimientos religiosos plantean hoy a la Iglesia un gran desafío
pastoral tanto por el malestar espiritual y social en el que hunden sus
raíces, como por las instancias religiosas de las que son instrumentos.
Esas instancias, sacadas del contexto de la doctrina y de la tradición
católica, con frecuencia son llevadas a conclusiones muy lejanas de las
originarias El difundido milenarismo, por ejemplo, evoca las temáticas
de la escatología cristiana y los problemas relativos al destino del
hombre; querer dar respuestas de carácter religioso a cuestiones
políticas o económicas revela la tendencia a manipular el verdadero
sentido de Dios, llegando de hecho a excluir a Dios de la vida de los
hombres; el celo casi agresivo con que algunos buscan nuevos adeptos
yendo de casa en casa o deteniendo a los transeúntes en las esquinas de
las calles, es una falsificación sectaria del celo apostólico y
misionero; la atención que se presta al individuo y la importancia que
se atribuye a su aportación a la causa y al desarrollo del grupo
religioso, además de responder al deseo de valorar la propia vida
sintiéndose útiles a la comunidad a la que pertenecen, constituye una
expresión desviada del papel activo propio de los creyentes, miembros
vivos del Cuerpo Cristo, llamados a trabajar por la difusión del reino
de Dios.
"De hecho, la expansión de las
sectas y de los nuevos movimientos religiosos concentra sus esfuerzos en
algunos sectores estratégicos: entre estos están las migraciones. Por la
situación de desarraigo social y cultural, y por la inestabilidad en que
se hallan, suelen ser presas fáciles de métodos insistentes y agresivos.
Excluidos de la vida social del país de origen, extraños a la sociedad
en que se insertan, obligados a menudo a moverse fuera de un
ordenamiento objetivo que defienda sus derechos, los emigrantes pagan la
necesidad de ayuda y el deseo de salir de la marginación, en la que
están confinados de hecho, con el abandono de su fe. Es un precio que
ningún hombre respetuoso de los derechos humanos debería pedir o
aceptar. Al emigrante no sólo se le hiere en su dignidad humana, sino
también en su positiva y respetuosa colocación en el ambiente social que
lo acoge. Y, desde luego, no dan muestra de honradez y sensibilidad
aquellos que, aún teniendo el deber de aliviar en el emigrante el trauma
y la desorientación causados por el impacto con un mundo extraño a la
propia cultura, se acercan a él en un momento de profundo malestar para
engañarlo e instrumentalizarlo.
"Los puntos débiles en que se
apoyan los nuevos movimientos religiosos son la inestabilidad y la
incertidumbre. En ellos basan su estrategia de acercamiento. Se trata de
un conjunto de atenciones y de servicios prestados para hacer que el
emigrante abandone su fe y se adhiera a una nueva propuesta religiosa.
Presentándose como los únicos poseedores de la verdad, afirman la
falsedad de la religión que el emigrante profesa y le piden que dé un
cambio de ruta brusco e inmediato. Se trata, evidentemente, de una
verdadera agresión moral, de la que no es fácil escapar con buenas
maneras, pues su ardor e insistencia son agobiantes.
"Las enseñanzas de las sectas y
nuevos movimientos religiosos, se opone a la doctrina de la Iglesia
Católica; por eso, la adhesión a ellos significa renegar de la fe en que
habéis sido bautizados y educados. El evangelio, al mismo tiempo que nos
exhorta a ser sencillos como palomas, nos invita también a ser prudentes
y astutos como serpientes. La misma vigilancia que ponéis cuando están
en juego vuestros asuntos materiales, con el fin de no ser víctimas de
los engaños de quienes quieren aprovecharse de vosotros, debe guiaros
para no caer en la red de las asechanzas de quien atenta contra vuestra
fe. "Mirad que no os engañe nadie -nos advierte el Señor-. Vendrán
muchos usurpando mi nombre y diciendo 'yo soy', y engañarán a muchos ...
Si alguno os dice: 'Mirad, el Cristo aquí'. 'Miradlo allí', no le
creáis. Pues surgirán falsos profetas" (Mc 13, 6. 21-22). Y también nos
dice: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con
disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos
los conoceréis" (Mt 7, 15-16).
"Otros motivos que pueden llevar
a acoger las proposiciones de esos nuevos movimientos religiosos son la
poca coherencia con que algunos bautizados viven su compromiso
cristiano, y también el deseo de una vida religiosa más fervorosa, que
se espera experimentar en una determinada secta, cuando la comunidad que
se frecuenta está poco comprometida.
"Pero se trata de un engaño. Del
malestar interior antes mencionado se sale, de hecho, mediante una
verdadera conversión, según el evangelio, y no afiliándose
irreflexivamente a esa clase de grupos, adoptando ritos religiosos que
ocultan con el ruido de las palabras la apatía del corazón. Por eso hace
falta una seria renovación espiritual y una coherente adhesión a la
voluntad de Dios, al seguimiento de Cristo; es una desviación el
limitarse a cumplir algún mandamiento aislado y extravagante, del que
hace depender el propio destino de vida o de muerte".
"(...) Los aspectos de
inestabilidad, en los que se apoyan las sectas y los movimientos
religiosos para tender acechanzas a la fe del emigrante, deben
constituir para la Iglesia motivos para dar prioridad a la atención y a
la asistencia al emigrante. Los servicios, que a menudo suele pagar con
la renuncia a su fe, se los debe prestar la Iglesia con solicitud
gratuita, alegre de poder prestar un servicio a Cristo mismo. Así como
Jesús es la imagen transparente del amor del Padre, de igual modo la
Iglesia debe ser imagen de la ternura del Redentor; por eso, debería ser
evidente que la comunidad, a la que llega el emigrante, es una comunidad
capaz de acoger y amar. La comunidad de los que creen en Cristo no ha de
mostrar nunca el rostro triste de quien se siente estorbado en sus
compromisos y proyectos diarios, sino que ha de manifestar el rostro
alegre de quien ha descubierto a Cristo, esperado y reconocido en el
extranjero (...)".
"Queridos emigrantes: 'Manteneos
firmes en la fe, sed hombres, sed fuertes' (1 Co 16,13). La exhortación
del Apóstol Pablo es un eco de las palabras del Señor que nos invita a
construir nuestra propia existencia sobre la roca sólida que es él
mismo. Jesús, Hijo de Dios, nos asegura la salvación. Sólo quien está
firmemente enraizado en él puede dar frutos que resistan al desgaste de
todas las modas, incluidas las de las sectas religiosas. La gratitud
hacia el don de Dios, manifestada mediante la respuesta de una vida
cristiana coherente, atrae sobre vosotros otros dones de comunión con él
y de perseverancia en vuestro fiel compromiso cristiano. 'El que me ame,
será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él' (Jn 14,21)
y 'a todo el que tiene se le dará y le sobrará' (Mt 25,29). Cuanto más
os adentréis en el camino de la vida cristiana, tanto más os pondréis al
abrigo de las acechanzas que atentan contra vuestra fe".
·
Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos argentinos en su visita ad
limina
Vaticano, 18 de enero de 1991 - Aica Doc 23O, Aica Nº 1779
(1991), pp. 2/6.
"... Con paciencia, con
pedagogía paternal, mediante un itinerario catequístico permanente, a
través de misiones populares y otros medios de apostolado, ayudad a esos
fieles a madurar en su conciencia de pertenecer a la Iglesia y a
descubrirla como su familia, su casa, el lugar privilegiado de su
encuentro con Dios.
"Son precisamente esas
multitudes que conservan la fe de su bautismo, pero probablemente
debilitada por el desconocimiento de las verdades religiosas y por una
cierta 'marginalidad' eclesial, las más vulnerables ante el combate del
secularismo y del proselitismo de las sectas (...). La presencia de las
sectas, que actúan especialmente sobre estos bautizados
insuficientemente evangelizados o alejados de la práctica sacramental,
pero que conservan inquietudes religiosas, ha de constituir para
nosotros un desafío pastoral al que será necesario responder con un
renovado dinamismo misionero".
·
Mensaje de S.S. Juan Pablo II, en su segundo viaje apostólico a
Brasil
Brasil, octubre de 1991 - Citado por URREA, JUAN C., "Los NMR
en América Latina", Ed. Paulinas, Chile 1992, p. 62.
"Sé bien que la promoción de
estas sectas y grupos cuenta con fuertes recursos económicos y que su
predicación seduce al pueblo con falsos espejismos, engaña con
simplificaciones torcidas y siembra confusión, sobre todo en los más
sencillos que han recibido escasa instrucción religiosa.
"Es importante pues, que vuestra
pastoral, sepa ocupar los espacios en los que actúan esas sectas,
despertando en el pueblo la alegría y el santo orgullo de pertenecer a
la única Iglesia de Cristo, que subsiste en nuestra santa Iglesia
Católica".
·
Discurso de S.S. Juan Pablo II, al tercer grupo de obispos de los EE.UU.
en su visita ad limina. Vaticano, 18 de mayo de 1993 - Reproducido en
'Palabra', 343/4, Madrid, agosto 1993, p. 129.
"Mientras sigue avanzando la
secularización de muchos aspectos de la vida, hay una nueva demanda de
espiritualidad, como lo muestra la aparición de muchos movimientos
religiosos y terapéuticos, que pretenden dar una respuesta a la crisis
de los valores de la sociedad occidental. Esta inquietud del homo
religiosus produce algunos resultados positivos y constructivos, como la
búsqueda de un nuevo significado de la vida, una nueva sensibilidad
ecológica y el deseo de ir más allá de una religiosidad fría y
racionalista. Por otra parte, este despertar religioso trae consigo
algunos elementos muy ambiguos, incompatibles con la fe
cristiana.
"Muchos de vosotros habéis
escrito cartas pastorales sobre los problemas que presentan las sectas y
movimientos pseudorreligiosos, incluido el llamado New Age. Las ideas de
la New Age a veces se abren camino en la predicación, la catequesis, los
congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los católicos
practicantes, que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de
esas ideas con la fe de la Iglesia.
"En su perspectiva sincretista e
inmanente, estos movimientos pararreligiosos prestan poca atención a la
Revelación, más bien, intentan llegar a Dios a través del conocimiento y
la experiencia, basados en elementos que toman prestados de la
espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas. Tienden a
relativizar la doctrina religiosa a favor de una vaga visión del mundo,
que se expresa mediante un sistema de mitos y símbolos revestidos de un
lenguaje religioso. Además proponen a menudo una concepción panteísta de
Dios, incompatible con la Sagrada Escritura y la tradición cristiana.
Reemplazando la responsabilidad personal de nuestras acciones frente a
Dios con un sentido del deber frente al cosmos, tergiversando así el
verdadero concepto de pecado y la necesidad de la redención por medio de
Cristo".
·
Discurso de S.S. Juan Pablo II, al primer grupo de obispos argentinos en
su visita ad limina. Vaticano, 7 de febrero de 1995 - Aica Doc 328, Aica
Nº 199O (1995), pp. 67/71.
"(...) La ignorancia religiosa y
la deficiente asimilación vital de la fe, que se derivan de una
catequesis insuficiente o imperfecta, dejarían a los bautizados inermes
frente a los peligros reales del secularismo o del proselitismo de las
sectas fundamentalistas, con el consiguiente riesgo de que estos
reemplacen las valiosas y sugestivas expresiones cristianas de la piedad
popular (...).
"Otro fenómeno de nuestra
cultura contemporánea es que, mientras continúa avanzando la
secularización de muchos aspectos de la vida, se percibe también una
nueva demanda de espiritualidad, expresión de la condición religiosa del
hombre y signo de su búsqueda de respuestas a la crisis de valores de la
sociedad occidental (...).
"Hay que tener presente, sin
embrago, que no faltan desviaciones que han dado origen a sectas y
movimientos gnósticos o pseudorreligiosos, configurando una moda
cultural de vastos alcances que, a veces, encuentra eco en amplios
sectores de la sociedad y llega incluso a tener influencia en ambientes
católicos.
"Por eso, algunos de ellos, en
una perspectiva sincretista, amalgaman elementos bíblicos y cristianos
con otros extraídos de filosofías y religiones orientales, de la magia y
de técnicas psicológicas.
"Esta expansión de las sectas y
de nuevos grupos religiosos que atraen a muchos fieles y siembra
confusión e incertidumbre entre los católicos es motivo de inquietud
pastoral".
El contenido de esta
sección es cortesía de la Fundación S.P.E.S Tel: (54 11)
4343-7702; E-mail : spes@sinectis.com.ar El material forma
parte de su curso por e-mail : "El Fenómeno de las Sectas y los
NMR" auspiciado por el Arzobispado de Buenos Aires.
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